Me había propuesto no escribir entradas "serias" pero ya me están tocando las narices. Vaya, que ya llevan mucho tiempo metiéndose (injustificadamente, desde mi punto de vista) con los videojuegos y ahora que tengo un blog, voy a decir lo que pienso. Vaya por delante que tengo contacto con ordenadores desde los 12 años más o menos, primero un Commodore 64, luego un Commodore Amiga (que todavía conservo) y varios PCs y en todos he tenido y he jugado a videojuegos así que ya sabéis que voy a defenderlos y no a atacarlos.
Commodore Amiga |
Commodore 64 |
Últimamente, cada vez que ocurre un suceso luctuoso, como los asesinatos en Noruega o las últimas revueltas en Londres, se achaca algún tipo de culpabilidad o, al menos, se busca relación con los videojuegos culpabilizándolos. Esto ha sido así siempre, primero fue con la música heavy, acusando a Iron Maiden de satanistas, llevando a Judas Priest o AC/DC a juicio porque un asesino había dicho que escuchaba su música o llevando a declarar al Congreso de Estados Unidos a Twisted Sister porque su música incitaba a la violencia.
Ahora que la música no es tan popular, o al menos no hay figuras de renombre a las que atacar (no me veo a Beyonce o a Lady Gaga atacadas por esto), el siguiente objetivo son los videojuegos en general y algunos en particular, como Call of Duty o Grand Theft Auto. El asesino de Noruega jugaba al primero y ayer tuve que oir en Cuatro, en el telediario, que los chavales de Inglaterra jugaban al GTA y que, pobrecitos, estaban repitiendo lo que veían en la pantalla.
Vamos por partes: por un lado es cierto que los videojuegos permiten un nivel de interacción diferente y mayor al de una película o una serie, pero también lo es que, muchas veces, los niveles de violencia que se muestran en programas tipo Sálvame con discusiones e insultos en directo, vejaciones a las mujeres, etc., por no hablar del telediario o algunas películas es mayor y que, a disposición de cualquier chaval que navega por Internet sin control paterno se encuentran vídeos de toda índole que muestran la realidad en toda su crudeza.
Sí que tengo que decir que me parece que, igual que un padre no deja a un hijo de 8 años ver una peli porno o violenta porque no es apropiada, no debería dejarse jugar a los niños a aquellos juegos que no estén destinados a su edad y para eso sirve el código de regulación que llevan inscrito todos ellos (código PEGI). Lo mismo se puede decir del tiempo de juego, que debería estar vigilado. Si un niño pequeño juega a disparar a la cabeza al hermanito, no hay que culpar al videojuego que dice que no debe jugarlo hasta los 18 años, sino al padre (o madre) que deja que juegue y que, incluso, le compra el juego.
Ahora, con todo esto en la mente, ¿qué tiene que ver que alguien juegue a un juego para que después mate a 80 personas? ¿Cuál es la relación? Del Call of Duty en todas sus entregas se han vendido más de 100 millones de copias en todo el mundo y, si nos guiamos por las cifras, debería haber muchos asesinos en potencia saliendo por todo el mundo, no sólo por este juego sino por todos los que hay. De hecho yo mismo debería estar a punto de explotar, porque llevo muchos años matando gente virtualmente, incluso jugaba al Carmaggeddon que consistía (entre otras cosas) en atropellar gente y no se me ocurre hacerlo en la vida real.
Creo que es más fácil atacar a algo que no se comprende del todo o que, incluso, nunca se ha probado, que intentar buscar otras causas, como un hogar desestructurado, la influencia negativa del círculo de amigos o una simple patología psicológica que explique los hechos.
¿Es que antes no había asesinos y hechos de este tipo? Claro que sí, pero en la antigüedad eran los libros, después la música y el cine, y ahora los videojuegos, pero yo creo que el que distingue la realidad de la ficción puede matar nazis en una pantalla y no por ello querer hacerlo después en la realidad.
Por último, mencionar mi desencuentro cada vez mayor con la tele. Prácticamente lo único que veo es el telediario de La 1 que, en general, huye de noticias de sucesos y se centra el política y economía y El Tiempo. Antes veía Cuatro, pero visto el giro de su línea editorial hacia los sucesos como en Telecinco, prefiero ver una película o una serie y así tengo más para escribir.
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