Es una pena que esta serie inglesa de dos temporadas de ocho episodios cada una haya pasado totalmente desapercibida en España, pese a que Antena 3 programó su primera temporada e incluso hizo una adaptación que interpretó horriblemente Ernesto Alterio, y mira que normalmente actúa bien. También hubo una adaptación americana que no funcionó. Y es que la serie inglesa es insuperable por cómo está concebida.
La serie arranca con Sam Tyler, un policía que sufre un accidente y queda en coma y despierta en el año 1973. Durante toda la serie hay un juego con voces, sueños, imágenes oníricas o ruidos que parecen venir del futuro (nuestro presente) y que hacen que el protagonista parezca desequilibrado hablándole a una radio, a una televisión o hablando en sueños.
La ambientación de la serie es sobresaliente. Manchester, años 70. La música, las calles, la ropa, los medios policiles (abusos incluidos), el tabaco y el alcohol estando de servicio, el machismo, etc.
Dos personajes brillan por encima de todo, el inspector Sam Tyler, el gran protagonista y el inspector jefe Gene Hunt, el gran animador de la serie, un policía sin escrúpulos pero totalmente entregado a su trabajo, con una lengua viperina y que cumple con todos los tópicos de la época. Sólo por él, ya merece la pena ver la serie.
No voy a desvelar nada de las tramas. La mayoría son episodios autoconclusivos aunque hay una coherencia narrativa que se refuerza en los 3 o 4 últimos episodios que llevan a una conclusión sorprendente y muy bien narrada. En fin, muy buena. Una pena que sea tan corta, pero eso la hace aún mejor.
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