¡Qué grande! De verdad que me ha encantado esta película de animación que está en la senda de Frankenweenie en cuanto a su temática pero que, al menos para mí, resulta muy superior técnicamente en el uso del stop-motion y que resulta al menos tan buena como aquella.
La historia es muy buena; un niño, Norman, es capaz de ver y hablar con los muertos, y todo el mundo le desprecia por ello, incluso su propia familia. No tiene amigos y en el colegio lo pasa realmente mal. Sin embargo, él continúa adelante como puede, sigue hablando con los muertos, sobre todo su abuela que sigue viviendo con ellos, y participa en la vida social del colegio, en obras de teatro y demás.
Eventualmente, consigue hacer un amigo, otro marginado, y se ve envuelto en una historia de maldiciones con brujas y muertos vivientes, su hermana, el hermano tonto de su amigo, y el malote que le hace la vida imposible en el colegio. A destacar la escena de la persecución en coche y la gente convertida en una turba descontrolada. Todo esto, junto con su poder especial, acaba sirviéndole para conseguir el reconocimiento de su hermana, su familia y, al final, de todo el pueblo.
La historia puede no ser muy original, pero aun siendo una historia infantil, tiene un tratamiento nada acaramelado y es lo que más me ha gustado en general. De verdad, muy recomendable.
Por cierto, la traducción del título, horrible, como casi siempre. En inglés es un juego de palabras "Paranorman - Paranormal" por aquello de hablar con los muertos. Y en castellano, pues eso, que cuando no sabemos qué poner, le llamamos "El alucinante mundo de..." o "xxxxx como puedas". Triste en cualquier caso...
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