Pertenezco a la generación que creció con las máquinas de marcianitos. No todo el mundo tenía ordenador como ahora, aunque yo desde muy joven, gracias a mi hermano, pude tenerlo y así evitar gastar ingentes cantidades de dinero en las máquinas recreativas.
Ese tiempo ya pasó, pero la (gran) película ¡Rompe Ralph! viene a llenar un hueco para los nostálgicos con muchos guiños que solo los que vivimos aquellos juegos entenderemos bien, con un sentido del humor muy bueno. Y eso que la película no es de ninguno de los grandes estudios de animación por ordenador, léase Pixar o Dreamworks; está producida por Walt Disney directamente.
La película cuenta la histora de Rompe Ralph, un personaje de videojuego que se cansa de hacer el papel de malo y se dedica a poner patas arriba el universo de unos juegos recreativos donde las máquinas están todas conectadas entre sí y los personajes pueden pasar de unos videojuegos a otros.
Con esta premisa se construye una historia donde hay lugar para la superación personal, el rencor, el amor, la amistad y todos los tópicos de las películas infantiles pero con un tratamiento genial en cuanto a los personajes que aparecen.
Recomendadísima a todos los que tuvieron una infancia pegados a los videojuegos, y a los demás también.